USO DEL TIEMPO

¿Por qué es importante estudiar el uso del tiempo?

Las brechas entre hombres y mujeres en el mercado laboral subsisten, al menos en gran parte, debido a los desequilibrios en el tiempo dedicado a trabajo no remunerado. Las mujeres son “castigadas” por el mercado al usar parte importante de su tiempo en la realización de tareas de cuidado no remunerado (Folbre, 2014), situación que no necesariamente responde a elecciones individuales, sino a los roles asignados por las relaciones desiguales asociadas al género. Las economistas feministas han enfatizado la importancia de incluir en el análisis económico temas como la provisión de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado, que comprende las actividades que son esenciales para que funcione la economía y permiten que los seres humanos sobrevivan y crezcan. Según el último reporte de la OIT (2018b) sobre uso del tiempo, a nivel mundial, las mujeres están realizando más de las tres cuartas partes del tiempo de trabajo de cuidado no remunerado. Esto limita su tiempo para participar en el mercado de trabajo remunerado.

Para ser conscientes de estas desigualdades en las cargas de TDCNR, uno de los principales pasos es medirlo y evidenciarlo para así poder tomar decisiones de política pública basados en evidencia. En particular, la inserción de la economía del cuidado en el Sistema de Cuentas Nacionales (SCN) busca visibilizar la relación entre el trabajo remunerado y el no remunerado, a partir del estudio, con enfoque de género, de la distribución de tiempo en cada uno. Esto se logra a través del análisis de los datos recolectados por la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT).

Colombia en cifras: Uso del tiempo

En Colombia, según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (DANE, ENUT, 2016-2017) las mujeres proveen 78,4% del total de las horas anuales de TDCNR. En promedio, diariamente las mujeres dedican 7:14 horas a trabajo no remunerado y 7:35 a trabajo remunerado. Los hombres, por su parte, dedican 3:25 horas al día a trabajo no remunerado y 9:14 a trabajo remunerado. Por lo tanto, la carga total de trabajo de las mujeres es de 14:49 horas al día, frente a 12:39 horas de los hombres. Luego, las mujeres trabajan en promedio 2:10 horas diarias más que los hombres. Así pues, se evidencia una clara división sexual del trabajo.

En particular, de la carga de cuidado no remunerado se encuentra que las mujeres invierten 4:25 horas y los hombres 1:56 horas al día. Del total del tiempo que dedican los colombianos a las labores de cuidado no remunerado, el 76.2% de los cuidados directos y el 70% de los cuidados pasivos lo proveen las mujeres. Por ende, se observa una brecha de género mayor en las labores de cuidado directo. Por la naturaleza de la actividad, el cuidado directo requiere del compromiso del proveedor en mayor medida. Por lo tanto, representa una mayor restricción para la participación en otras actividades (DANE, 2020). En cuanto a las características sociodemográficas de quienes proveen el cuidado, se conoce que, además de ser en su mayoría mujeres, en promedio tienen 33 años, el 22.5% concluyó la primaria, el 52.2% la secundaria y el 11.3% logró alcanzar estudios superiores (DANE, 2020). También, se encuentra que de las personas cuidadoras el 75.4% de los hombres se encuentran empleados frente al 40.2% de las mujeres. Por último, se conoce que los hombres cuidadores son principalmente los jefes de hogar (59%) y las mujeres cuidadoras las esposas o cónyuges del jefe de hogar (45.3%) (DANE, 2020).

Internacionalmente, Colombia se ubica entre los países en que las mujeres tienen altas tasas de participación, trabajan más horas y dedican una alta proporción de su tiempo diario al trabajo no remunerado comparado con los hombres, lo que genera una sobrecarga en las mujeres colombianas, donde muchas deben realizar un doble turno. Como consecuencia, la pobreza de tiempo que viven las mujeres colombianas reduce sus posibilidades de seguir avanzando en cerrar brechas e incorporarse al mercado laboral (Iregui-Bohórquez et al, 2020).