Las mujeres asumen una carga desproporcionada del trabajo doméstico no remunerado. Incluso en los países más igualitarios, las mujeres participan un 20% más en estas labores que los hombres.
El proceso de convertirme en feminista siendo economista ha sido retador, revelador, y a su vez, me ha permitido sanar varias heridas internas; o al menos, reconocer que estas existían.
El último estudio sobre brechas de género en salarios realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2020/2021) evidenció los efectos desproporcionados de la crisis del COVID-19 en el empleo femenino
Alguna vez pregunté en Twitter cuál era la necesidad de hacer juicios sobre el físico de las mujeres y reducirlas solo a eso, a su apariencia. Qué no me dijeron. Me llovieron insultos, amenazas y no pararon de decirme Feminazi.